¿Votar por un candidato mentiroso?
Las campañas políticas son cambiantes. Ninguna es igual a la otra. Los equipos de campaña deben utilizar sus estrategias de comunicación para manejar la percepción global de la población sobre el candidato, de manera que lo que sea percibido sea en realidad el conjunto de ideas y propuestas y la imagen que el candidato percibe de él. De ahí que un candidato que se ve a sí mismo como una persona íntegra no puede utilizar mecanismos de manipulación y mentiras en cuanto a temas de interés general.
El discurso persuasivo de un candidato a la presidencia u otro cargo electivo basa sus argumentos en una realidad para convencer o atacar las propuestas del contrario. Debe existir congruencia entre las razones dadas y los elementos reales que sustentan su razonamiento. El candidato mentiroso debería perder fuerza cuando recurre a falsedades y distorsiones de la verdad.
Un candidato mentiroso sencillamente no merece el voto ciudadano. El sufragio popular se gana presentando verdades concretas de lo que hará una vez en el cargo y de su estrategia para la consecución de sus metas. Para ello debe identificar las necesidades del electorado y del país en torno a una agenda común sociedad y Estado, sin emplear ataques infundados contra el contrario.
¿Para qué atacar las ejecuciones del gobierno en base a mentiras? No se debe incurrir en desacreditar propuestas sobre la base de acusaciones irresponsables. Conseguir beneficios electorales es una tarea difícil. Se precisa de una batalla con propuestas y con una ejemplar conducta basada en principios.
Igual desde el gobierno. No se debe magnificar lo realizado o dar como realizado programas y proyectos no terminados aún. Hay que diferenciar la propaganda estatal y la del candidato. No se deben utilizar los recursos públicos destinados a publicidad para promoción personal.
Los mensajes difusos no deben ser permitidos, ni tampoco la utilización de los recursos públicos, más allá de los autorizados por la ley.
Una ley de partidos y agrupaciones políticas es necesaria, pero no suficiente. Debe garantizar la democracia interna, la transparencia y la participación igualitaria de la mujer. ¿Cuánto más tendremos que esperar? ¿Votaría usted por un candidato mentiroso y cuyos recursos empleados, sean públicos o privados, con cuestionados en su origen?