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Un puente peatonal a la fuerza

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Se ha avivado el tema de un puente peatonal que se construye para el cruce de estudiantes frente a la Universidad del Caribe (Unicaribe), en la Avenida 30 de Mayo.

Sin embargo, el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) reclama su autoridad, como de hecho le ha sido reconocida judicialmente, al obtener la paralización de la obra, por no contar la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), que lo construye, con el permiso del ADN.

No analizaré ahora si Unicaribe ha construido varias obras ilegalmente, si no ha hecho inversión en parqueos, a pesar de su obligación, si el puente constituye una agresión a esa zona con el consecuente uso de esa zona de parqueo, si con este puente se atrae el comercio informal y si vuelve la arrabalización al malecón, si la construcción es más perjudicial que los derechos que se pretenden preservar o, en fin, si existen otras alternativas para evitar un daño mayor.

Lo que ahora debe preocupar más es el desafío a la autoridad municipal y lo que ello entraña en términos de violación del principio de separación de funciones.

Aun cuando se alegue que la presunción de conocimiento de las leyes sea pura ficción, no creo que nadie ignore que para hacer una obra como esa se debe contar con el permiso del Ayuntamiento.

Esto lo saben, con mayor razón, quienes tienen por actividad la construcción, como son los ingenieros, arquitectos y maestros de obras. Si la OISOE construye a la fuerza, se entenderá que ha obrado por pura arbitrariedad, con lo que pone en juego la obligación del Presidente de la República, de quien depende dicha oficina, de cumplir y hacer cumplir las leyes.

Presidente, sin la autorización del ADN esa obra no puede construirse, so pena de socavar los cimientes de la aún débil institucionalidad dominicana. Honre su palabra y siga dando ejemplos, como lo ha hecho hasta ahora.