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Seguridad Ciudadana y Estados de excepción

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

La creciente ola de delincuencia nos preocupa a todos. Estamos viviendo en la inseguridad. Para enfrentarla el Presidente de la República anunció recientemente la implementación de un plan de seguridad ciudadana.

Entre las medidas indicadas está la del despliegue de las Fuerzas Armadas en las calles, trabajando coordinadamente con la Policía Nacional, aumentando el patrullaje y su presencia en cada punto del país. Esto no es nuevo. No creo que los resultados hayan sido los deseados.

El artículo 252 de la Constitución otorga al presidente de la República la facultad de ordenar la intervención de las Fuerzas Armadas para concurrir en auxilio de la Policía Nacional para mantener o restablecer el orden público en casos excepcionales.

El artículo 262 de Constitución, por su parte, establece las situaciones extraordinarias que afectan gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de las personas. Los estados de excepción son el Estado de Defensa, Estado de Conmoción Interior y Estado de Emergencia.

No estamos ante ninguna de las tres situaciones de excepción previstas en la Constitución. No hay desastres naturales, ni una calamidad pública, ni guerra ni protestas ni manifestaciones incontrolables por parte de la policía.

Lo que sí existe es un cuerpo civil armado, más al servicio de la violencia que a la prevención del delito, impreparado, mal pago, haciendo hasta servicios domésticos a políticos y entes privados, fuera de los cuarteles, de las calles y de los servicios de seguridad ciudadana. ¿Cómo se puede prevenir así el crimen? Jamás.

La Constitución es clara. La intervención de las Fuerzas Armadas sólo está reservada para casos excepcionales, cuando se verifiquen situaciones que subviertan el orden establecido y sea necesario restablecerlo para la seguridad y tranquilidad ciudadanas.

El plan de seguridad ciudadana parece desenfocado. Sin una reforma sincera y profunda de la Policía Nacional, no amañada por fuerzas conservadoras, que pase por la decisión política de civilizarla, solo estaremos atacando la percepción y no la causa. La solución no puede darse transgrediendo la Constitución, Presidente Medina. Usted es un demócrata, no lo dudo.