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Sin oposición no hay democracia

Escrito por: Carlos R. Salcedo C. 

Entre las características fundamentales del sistema democrático se encuentran la pluralidad, la diversidad de opiniones y la confrontación de las ideas en el marco de un sistema institucional que garantice el respeto a la dignidad y el buen nombre de los interlocutores.

El gobierno eficaz y eficiente depende de la gestión por parte de los administradores de la cosa pública que reúnan las condiciones, los perfiles y aptitudes para poner en práctica los principios, valores y prácticas democráticas.

Pero, además, deberá contar con una sociedad civil vigorosa, vigilante y comprometida con la participación activa en el reclamo permanente por el uso adecuado, racional y no discriminatorio de los recursos públicos.

Sin embargo, sería ilusorio pensar una sociedad democrática sin un sistema de partidos políticos que, desde el ala opositora al partido en el gobierno, propicie los espacios de discusión de las propuestas, programas y proyectos en ejecución para medir su viabilidad y la implementación conforme a las mejores prácticas administrativas y sujetos a principios democráticos como la transparencia y un sistema de consecuencias que permita sancionar las prácticas corruptas por parte de aquellas personas a quienes se les ha confiado la gerencia de las instituciones que conforman el gobierno del Estado.

La crisis que vive actualmente la oposición política en República Dominicana reduce la posibilidad de que el gobierno tenga el nivel de fiscalización y veeduría ciudadana adecuadas para lograr que los mandatarios del pueblo cumplan con sus sagradas funciones a favor de la colectividad.

Una sola visión del gobierno del Estado secuestra y ahoga la democracia y no conviene al propio partido en el gobierno, pues su fuente de legitimación se reduce significativamente.