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Crecimiento, pobreza y desarrollo

Escrito por: Carlos R. Salcedo C. 

Según datos del Banco Central la economía dominicana experimentó en 2014 un crecimiento del orden del 7.2%.

Esto, y el sostenido crecimiento en más de una década, nos sitúan entre las economías más dinámicas del conteniente americano. Pero, ¿ha contribuido esto a disminuir la desigualdad y la pobreza? Veamos. República Dominicana ocupa el lugar 102 de 187 países en el Índice de Desarrollo Humano 2014.

No obstante, al ajustar el índice por desigualdad el país pierde 4 posiciones. Así fue 2013, pues cuando se habla de desigualdad la cifra refleja que no todos los dominicanos tienen acceso a esas mejoras y crecimiento y al ajustar por desigualdad el índice de desarrollo humano pierde un 25% de su valor, lo que supuso 7 posiciones menos, siendo el país número 40, de 139, con mayor pérdida.

Esto indica que en una sociedad como la dominicana, de gran inequidad social, económica e institucional, el acceso a las oportunidades está determinado por el poder individual o del grupo al que se pertenece.

La acumulación del capital es superior a la tasa de crecimiento de la economía, lo que motiva concentración de riqueza y agrava la iniquidad, por lo que es a los Estados a los que les toca definir individual o colectivamente cómo influir en esa fuerza polarizante.

El que algunas naciones sean más prósperas que otras no se debe ni a cuestiones culturales, ni a los efectos climatológicos ni a su ubicación geográfica (Acemoglu y Robinson). El desarrollo es el fruto de la decisión política, la que se ha venido manifestando en estos últimos años y que debe constituirse en una espiral virtuosa para escapar de la pobreza y la desigualdad que debe ser la razón de nuestra vergüenza, pero al mismo tiempo de nuestra determinación para el cambio inmediato.

“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento’’, afirmó Nelson Mandela.

Si queremos desarrollo y reafirmación de la democracia debemos seguir firmemente impulsando una educación integral de calidad y una sociedad de derechos.