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Presidente, gobernar es decidir oportunamente

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Para gobernar hay que tener en cuenta dos aspectos: el político y el administrativo. El político, porque toca el ámbito de toma de decisiones y el administrativo, porque se dirige a la realización de programas y planes de acción. Implica también la conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de gobierno y un adecuado asesoramiento.

Lo que caracteriza al político es la acción, apoyada en adecuados instrumentos conceptuales para una mejor comprensión de los fenómenos políticos.

Sabemos que sin crecimiento no es posible agotar un proceso de reformas, porque el gobierno enfrenta una alta tasa de desempleo, un bajo nivel de ingresos fiscales y limitaciones en el gasto.

Se necesita del tacto político, de la capacidad de comunicación, persuasión, un “timing” y un margen de maniobra que dan las decisiones, para llevar a cabo tanto las tareas normales como las negociaciones y conversaciones con los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno internacional.

El político debe evitar que los técnicos tomen su lugar y que las decisiones sean el resultado de cálculos y previsiones científicas y por tanto privadas de criterios públicos. Los peritos no lo saben todo y el saber político se adquiere por experiencia y conocimiento.

La política es la fuente de las políticas públicas y no al revés, pues las políticas públicas son el resultado y la ejecución de la decisión política. Gobernar, pues, es optar entre opciones, es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo.

En una sociedad democrática como la nuestra es más complicado, por los diversos intereses a satisfacer. El político debe tener iniciativa estratégica, pero con un sentido de las proporciones.

La clave del buen posicionamiento del presidente Danilo Medina radica en la experiencia y en el conocimiento, pero sobre todo en la toma de decisiones oportunas y legítimas.

Debe seguir aprovechando estas fortalezas para continuar realizando oportunamente las reformas estructurales pendientes -Pacto Eléctrico y Pacto Fiscal, para solo citar dos-, sin las cuales seguiremos siendo un país a medio hacer.