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PRD destrozado y democracia

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

El espectáculo que viene presentando el PRD no puede ser más penoso, peligroso y preocupante. Dos grupos -Miguel e Hipólito- claramente identificados, se disputan la primacía y el dominio de la instancias de dirección y disciplinarias.

No es ilegitimo aspirar a mantener niveles de liderazgo en un partido político. Lo que no es legítimo es realizar todo tipo de malas artes para mantenerse o para tomar la dirección de la entidad. No hay forma alguna de que Miguel Vargas y sus más notables colaboradores puedan ocultar su resistencia a integrarse a la campana electoral pasada a favor del candidato presidencial de su partido.

Por el contrario, es de notorio conocimiento su desidia. De hecho la Dra. Geanilda Vásquez, anterior seguidora de Miguel, ahora suspendida en sus funciones de la Secretaria de Organización del PRD, afirmó recientemente que Miguel llegó a decir que perdiendo Hipólito ganaba Miguel.

Por su parte, Hipólito y su gente, ahoraperseguidos y cancelados algunos, por aparente represalía de la gente de Miguel, entienden que el único camino para lograr su dominio de la marca PRD y sus órganos de dirección, es invadiendo los espacios físicos y de deliberación del partido.

Mientras eso ocurre el mensaje del liderazgo al país y a su militancia es que solo con la trampa, las bajas pasiones y la arbitrariedad se puede permanecer y alcanzar la primacía partidaria, con el consiguiente descreimiento de los partidos políticos como instrumentos de participación popular en las decisiones fundamentales de la nación y su correlato de  debilitamiento y peligro de la democracia dominicana.

Sin democracia interna los partidos políticos democráticos son pura hipocresía y sin  oposición no hay democracia. Un PRD descuartizado y negador de la institucionalidad, como lo vienen haciendo, tanto el grupo de Miguel como el de Hipólito, no sirve a los fines democráticos.

El paso de las aspiraciones legítimas a las apetencias desmedidas y abusadoras de la base ética e institucional marca el destrozo del PRD. ¿Hasta cuándo Miguel e Hipólito? Ustedes no tienen derecho a hacer peligrar lo poco de democrático que tiene nuestro sistema.