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Optimismo realista dominicano en 2015

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Para la Real Academia de la Lengua una persona realista actúa con sentido práctico o trata de ajustar su conducta a la realidad, teniendo en cuenta tanto lo negativo como lo positivo.

Esto no es ni bueno ni malo, sino una forma de afrontar las situaciones. De los realistas no es fácil que salgan inventos o soluciones muy creativas.

No se atribuyen a los realistas los inventos tecnológicos más importantes, pero el impacto de estos y lo que esto ha significado para la evolución de la sociedad no admite dudas.

Los beneficios son visibles y cuantificables, como tampoco son innegables los inconvenientes.

La robótica (robots o androides), la pila de ión de litio, el celular, la tecnología digital, los códigos de barra, las tarjetas de crédito, las energías renovables, el GPS y el internet han contribuido significativamente en la vida diaria, pero también han reducido el empleo en algunos casos.

No quiero ser del todo optimista, para ver con énfasis solo los aspectos positivos de nuestro país. Pero mucho menos quiero ser pesimista, para no dedicar la mayor parte del tiempo a analizar las cuestiones negativas.

Lo que sí debemos recordar es que la calidad de nuestros pensamientos es la que posibilita la calidad de nuestra vida.

Necesitamos plagar el país de optimistas, pero que vean nuestra realidad de pobreza y las grandes potencialidades que como nación tenemos, para poder enrumbar nuestro país por las sendas del desarrollo, más allá de la del crecimiento, que bien necesitamos, pero que no es suficiente para reducir nuestras grandes desigualdades.

No veamos nuestras miserias como un estado de cosas insuperable, pues ello agotaría nuestras reservas de esperanzas de bienestar.

Veamos nuestras debilidades institucionales y humanas como una realidad insostenible y aberrante, que nos obliga a buscar soluciones creativas que tengan en cuenta lo que somos: un país rico y de seres humanos capaces de superar sus fragilidades y que apuesta sus esfuerzos y voluntades a tener un mejor porvenir.

Políticos, empresarios, comerciantes, profesionales, funcionarios, empleados, trabajadores y todos pongamos lo mejor de nosotros en 2015. Es la única manera de tener una nación de derechos.