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Las señales de Danilo

 Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

 El próximo jueves Danilo Medina será juramentado Presidente de la República. Son muchas las expectativas que ha generado con su anunciado proyecto de país y la realización de un sueño, de construir una nación desarrollada, de crecimiento económico con equidad, de oportunidades para todos, una sociedad más justa, que supere los niveles de pobreza existentes, los bajos niveles  de salud, educación, techo y seguridad.

Desde el mismo 16 de agosto sabremos si Danilo es un hombre de palabra, como él se ha definido y si el gobernante es el mismo candidato ganador. Veremos actuando al que tiene en sus manos los destinos del país. Algunos indicadores nos permitirán ver cuáles son compromisos.

Si su discurso es puramente emotivo, de exclusión de los diversos actores del sistema político; si sus palabras no son sinceras y carentes de contenido transformador, de visión de futuro, pero de acciones inmediatas; si sus expresiones y acciones son de endoso de la estructura clientelar y compra de la opinión publicada vigentes, las esperanzas se desvanecerán.

Si el equipo de ministros, directores, administradores y funcionarios nombrados lo conforma  gente de cuestionable integridad, capacidad y eficiencia, la desilusión empezará sus andaduras en el pueblo.

Si Danilo no reduce, mantiene y sigue agrandando el gobierno, a través del nombramiento de cuantos compañeros, amigos y relacionados se antoje, y mantiene los niveles de gastos en nóminas supernumerarias y parásitas del gobierno, se inicia otra etapa más del despilfarro irresponsable y prevaricador de los recursos públicos.

Si Danilo permite que con los recursos públicos los funcionarios adquieran vehículos costosos y de alto cilindraje, asignen dietas y gastos excesivos, habremos votado por un hombre incoherente, un hombre de solo palabras, pero no de hechos. Esperamos que con sus primeros pasos no despertemos de una pesadilla. No abrigamos eso. Queremos que lo haga bien. Cuente con nosotros. Su éxito es el nuestro.