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Explicación necesaria

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

 Soy abogado desde hace más de 25 años. En esa condición recientemente asumí la defensa del Ing. Héctor Rodríguez Pimentel, acusado, junto a otras seis personas, de corrupción durante su gestión al frente del Instituto Dominicano de Recursos Hidráulicos (Indrhi).

 Como, por otro lado, hace muchos años he estado ligado a instituciones de la sociedad civil que luchan por la gestión íntegra y transparente de los recursos públicos, entiendo que le debo una explicación a dichas entidades y a quienes conocen mi trabajo en contra de dicho flagelo.

 En diversas oportunidades he rechazado ser abogado de acusados de corrupción pública, porque, si bien puedo defenderlos, debido a mi compromiso con una tarea inacabable, de lucha contra dicho mal, he preferido mirar con mucho cuidado los casos que debo defender.

 Mi discurso y práctica no son coyunturales, los he llevado a cabo personalmente y a través de Finjus y Participación Ciudadana (PC), que tienen entre sus objetivos la promoción de la cultura de la integridad y manejo pulcro y eficiente de los recursos del Estado. En eso no cesaré.

 Pero, creo que uno de los principales aliados de la corrupción es la impunidad que se perpetúa por falta de acciones responsables y objetivas del ministerio público.

 Efectivamente, la Dirección Nacional de Persecución contra la Corrupción (DPCA) en la mayoría de los pocos casos en los que actúa lo hace con incapacidad y preferencia, dejando de lado graves hechos denunciados.

 He criticado duramente ese tipo de actuación. A través del caso Rodríguez Pimentel el país confirmará que dicha Dirección, en gran medida, incumple sus obligaciones, lo que caracteriza la misma prevaricación por la que acusa.

 Para no mancillar el buen nombre de las instituciones mencionadas y a las que honrosamente pertenezco, como Finjus y PC, les he comunicado a estas mi licencia, hasta tanto se defina la suerte del Ing. Rodríguez Pimentel.