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Crecimiento con desigualdad y reforma fiscal

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

A pesar del crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la desigualdad experimentada durante la última década en Latinoamérica y el Caribe (LAC), sigue siendo la región más desigual del  mundo. A esta conclusión llega en su estudio de agosto pasado la Oxfam, confederación internacional que propugna por la construcción de un futuro libre de la injusticia que supone la pobreza.

Las causas de tal desigualdad, considerada por la Oxfam como un rasgo estructural de la región, radican en que las élites políticas y económicas de LAC han modelado sistemas fiscales que en general tienen un impacto muy limitado como correctores de desigualdades o que de hecho, contribuyen a su profundización, por lo que para reducir la desigualdad y la exclusión debe haber una reforma fiscal.

En República Dominicana se promulgó la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. Como parte de las metas del tercer eje estratégico se estableció como línea de acción “Impulsar una reforma fiscal integral, basada en la progresividad y transparencia tributaria, orientada a financiar el desarrollo sostenible y garantizar la sostenibilidad de largo plazo de las finanzas del sector público consolidado, en el marco de una ley de responsabilidad fiscal que permita implementar políticas contra cíclicas y establezca normas y penalidades para garantizar su cumplimiento”.

Pero el tema de la reforma  fiscal se está diluyendo, mientras las cifras siguen siendo escalofriantes. Según la CEPAL, en 2011 el ingreso del 20% más rico de la población en LAC era 17 veces mayor que el del 20% más pobre, y esa diferencia llegaba a ser de hasta 25 veces mayor en los países con mayor desigualdad. En 2012, en promedio, el quintil más pobre captó solo el 5 % de los ingresos totales del país con extremos que van desde menos del 4 % (en Bolivia, Honduras, Paraguay y República Dominicana) al 10 % (en Uruguay). De cada 100 dólares de ingresos percibidos, 5 llegaron a los más pobres y cerca de 50 a los más ricos.

Como lo refleja el informe de la Oxfam, con el nivel de inequidad existente en la región no habrá progreso para los más pobres. En República Dominicana, menos del 2% de la población escaló a un grupo de mayores ingresos durante la década de los años 2000.

Presidente Medina, es hora de impulsar una reforma fiscal con una estructura tributaria progresiva y equitativa que disminuya la injusta concentración de los ingresos y la riqueza en el país y disminuya la presión en el gasto público para revertir esta desigualdad repartición. Esto lo sabemos todos, pero ahora nos lo recuerda la Oxfam. Despertemos del letargo y hagamos renacer la esperanza.