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Consejos para ganar las elecciones

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Por lo visto quien aspira al poder actúa conforme a las leyes de la conveniencia, no a las de las virtudes y bienestar general. Pero, aún cuando la integridad, el compromiso con el servicio público y la fe en los valores patrios son baluartes del ser humano de bien, estas virtudes no las puede desperdiciar el político para conseguir el voto. Tiene que guardar las apariencias.

El político debe ser elocuente –ya parece que ni tanto-, con apariencias de tener obligaciones con una gran y hermosa plataforma programática de gobierno, pero fundamentalmente tiene que demostrar dominio cabal de la argucia, ser agresivo, violento verbalmente, tener poderes desmedidos y sobre todo tigueraje. Así se ha concebido en la práctica el sistema electoral.

El político debe darle al pueblo demostraciones de capacidad y experiencia desbordantes, sobradas, únicas y sólo asentadas en él, cual providencia encarnada, para poder dirigir por mejores senderos de prosperidad y desarrollo al país. (Aplausos, como los del pasado 27).

Políticos, necesitamos un espectáculo como con el que nos deleitaban Jack Veneno y Relámpago Hernández. Eso sí, los respaldamos, pero necesitamos un verdadero circo, para gozar, perdón, elegir adecuadamente. Queremos diversión, por lo menos antes de que lleguen al poder. Ustedes tendrán, luego, más tiempo para divertirse con nosotros.

Nada de prudencia, ni falsas modestias. “Estoy al nivel de las galaxias”, “Soy peso pesado”, “Soy el mejor cambio”, “Soy el único reducto de moralidad que le queda al país”, “Sé cómo hacerlo”, “Lo tengo todo para ser presidente”, “gobernaré para la gente”, “represento el progreso y el desarrollo”. Así se hace, están aprendiendo la lección de turbación e hipoteca de nuestras mentes.

Exploten nuestras frustraciones. Sus ofrecimientos deben ser nuestras miserias. No lo olviden. He aquí el verdadero secreto para alcanzar el poder, lo demás es pura retórica.