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Calidad y costo del desarrollo

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

En breves palabras el jefe de misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), Przemek Gahdeczka, en visita a República Dominicana, para analizar el sector fiscal, el externo y el crecimiento económico del país, afirmó esta semana lo que nos espera: los impuestos, como lo la muerte, son inevitables. Una vez elaborado el diagnóstico real esto conducirá a un acuerdo con dicha entidad financiera.

Como tenemos un enorme déficit fiscal, que ha implicado que el gobierno se apriete los pantalones y el presidente de la República ha hecho promesas para cumplir un conjunto de demandas sociales, como la del 4% del PIB para la educación, para tener un país desarrollado humanamente, capaz de superar la pobreza, la ignorancia, la marginalidad, la insalubridad y la inseguridad, las vías más visibles son la austeridad sincera en el gasto y un pacto fiscal, que implicarán grandes sacrificios.

Ahora tendremos que arrancar desde mucho menos de menos cero, pues las arcas del Estado están vacías, por la irresponsabilidad gubernamental, el dispendio y la corrupción, y convenir en la necesidad de generar los recursos para superar la terrible crisis por la que atravesamos.

No tenemos otro camino. Si queremos más inversión en educación, salud, etc., hay que generar mayores ingresos, vía los impuestos y la reducción del gasto. Sin ingresos suficientes, siempre que sean bien administrados y rigurosamente fiscalizados no hay desarrollo.

Pero no podemos dejar de lado a quienes han sido los causantes de este desequilibrio. Sabemos quiénes son, para que respondan por su mala gestión. Asimismo, debemos emplear nuestro capital social (recursos, redes, redes formales, relaciones informales y de colaboración y coordinación) para lograr nuestros objetivos, pues solo con la participación conjunta de todos podrán prosperar los proyectos y programas que nos llevarán a la transformación social tan deseada, sin lo cual no será posible la calidad de la intervención de desarrollo.