La sotana de Alvarez Renta
Escrito por: Carlos R. Salcedo C.
Luis Alvarez Renta, condenado a diez años de prisión por lavado de activos por su determinante participación en el fraude Baninter, fue beneficiado con prisión domiciliaria por José Ignacio Medrano Queliz, Juez de la Ejecución de la Pena de San Cristóbal, el 14 de septiembre de 2012.
Cuando todavía el país está pagando las consecuencias del enorme daño causado por su conducta y sin que haya pagado la indemnización a la que fue condenado, exceptuando unos zapatos y un reloj que envió con una carta, Medrano Queliz le cambió a Alvarez Renta el régimen de cumplimiento de la pena, sin tener este enfermedad terminal, requisito imprescindible para ello.
Por el contrario, el juez actuante decidió dando cuenta del criterio de un médico de la Dirección General de Prisiones de que el preso padece enfermedades crónicas. Y resulta que una enfermedad crónica no califica como enfermedad terminal, pues esta es de larga duración, cuyo fin o curación no puede preverse claramente o no ocurrirá nunca, y su duración es mayor de seis meses, mientras que la enfermedad terminal es la que se encuentra en la etapa final porque su estado avanzado no permite mejora alguna y cuyo período no pasa de seis meses.
Si como dice el juez en su sentencia los centros penitenciarios del sistema no cumplen con los requisitos mínimos para este tipo de patología, todos los internos tienen enfermedad crónica porque algún día van a morir, como todo ser humano o padecen la enfermedad crónica de estar encerrados y aislados de la sociedad. ¡Cuánto pesa la sotana de Luis Alvarez Renta, cuando la incapacidad, dependencia y parcialidad de un juez acomoda sus decisiones a la de un preso que, según me lo dijo antes de su “fallo”, cuenta con el apoyo del Cardenal, del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo, presiones que no era capaz de soportar ¿Y todavía sigue siendo juez?