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Corporativismo político

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Algunas organizaciones políticas, lejos de ser instrumentos de cohesión social e intermediarios entre la población y el Estado, para canalizar sus intereses y los de la colectividad, se comportan en la práctica como meras corporaciones.

Parecen y así lo manifiestan con su accionar sociedades comerciales que ya en el poder reproducen diversas formas de perversión de la política como instrumento de cambio y desarrollo.

Más que medios al servicio de la causa común, de la solidaridad, de una ideología con fundamentos filosóficos y éticos, muchos partidos políticos son verdaderas sociedades de hecho, expresadas en grupos de intereses, que proyectan por esa vía su movilidad social para entonces obtener beneficios particulares, en detrimento de los intereses y fuerzas sociales, únicas capaces de lograr el cambio que merecemos.

Pero sin un orden político respetuoso de su misión, no tendremos una sociedad justa y equitativa. Sin una fuerza social en capacidad de abrirse a la transparencia para el manejo de los recursos públicos, sin determinación y acciones para vencer la impunidad, será imposible construir un mejor futuro.

La existencia de un sistema de partidos políticos reconocidos no necesariamente indica que haya en nuestro país un pensamiento y una sociedad política en su más pura y sana concepción.

Mas bien, por sus manifestaciones prácticas la gran mayoría de los políticos profesionales dominicanos desdicen del pensamiento político, pues pensar políticamente es la combinación del pensamiento, manifestado en ideas, discusiones, planes, estrategias, programas, proyectos y metas de nación y de decisiones oportunas para la construcción cierta de un mejor futuro.

Seamos sinceros. Nuestra clase política no es tal. Existe ciertamente un pequeño grupo de pensadores políticos, serios algunos, pero las que son compañías partidarias son tomadas por unas minorías que manipulan las masas a través de las más diversas formas de perversión.

Muchos partidos políticos han perdido su forma y su identidad y se han hecho un solo cuerpo alrededor de liderazgos negadores de la colectividad y exaltadores del individualismo, el que anula la fuerza social.

Generar un pensamiento político sólido, capaz, inteligente, solidario, consciente, honesto, comprometido con el bienestar general, con la causa y los intereses comunes, debe ser la meta inmediata de los dominicanos.