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Sentencia ejemplar contra jueces

DSC_3033No somos un país de corrupción circunstancial, episódica o particular en una sola de las instituciones del Estado. Es un fenómeno recurrente y que ha permeado muchas de las instituciones públicas. Aquí no hay distinciones partidarias ni de gobierno de turno. Unos más, unos menos.

Para enfrentar la corrupción no solo bastan las normas. Es un problema pone al desnudo las debilidades humanas y el afán desmedido de lucro y riquezas a cualquier precio.

Pero para disminuirla mucho más, evitarla y atacarla es necesaria una mayor determinación, fiscalización, detección, investigación, persecución y condena de quienes comprometan los recursos públicos.

En el caso de los jueces de la Provincia Santo Domingo que han sido declarados culpables y destituidos recientemente por prevaricación y corrupción, siguen afectando la confianza de la población en la posibilidad del sistema judicial de garantizar un estado de derecho y la resolución pacífica de manera imparcial y eficiente de la conflictividad social.

La realidad es que sufrimos de falta de confianza institucional. La sanción disciplinaria ha sido ejemplar. Pero no basta.

De encontrarse los elementos de causa probable de la comisión de hechos penalmente relevantes, como parece y ha anunciado el Procurador General de la República, el castigo debe ser dado –también de manera ejemplar- por la justicia penal, con todas garantías para esos ex jueces, para la decisión final sea socialmente legitimada.

En la Pacto por la mejor justicia debemos promover un sistema institucional que nos permita eficazmente eliminar el comercio de decisiones judiciales, no por falta de ofertas, sino por convicción ética y profesional y garantía de condiciones de trabajo dignas para los jueces, lo que debe contribuir a su desarrollo dentro del área que les interesa.

En los casos de delitos en la administración pública la sanción administrativa y disciplinaria aplicable al caso no es suficiente.

El daño institucional es permanente, por lo que las sanciones penales son necesarias, con el consecuente mensaje de que conductas como la de estos ex jueces son inaceptables.

Las sanciones son una forma de reparar las debilidades institucionales. Todos debemos saber que hay una mejor manera de hacer las cosas y que existe voluntad política de hacerlo.