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Paradojas del crecimiento con desigualdad

DSC_3036Los reportes de altos niveles de desigualdad en el país reflejan que hemos perdido varias posiciones en la escala de países cuando se habla de desarrollo humano.

Estamos en el puesto 101 entre 187 países (Índice de Desarrollo Humano PNUD, 2015).

Si bien hemos disminuido la pobreza y tenemos una economía que crece a un promedio anual del 5.4 % seguimos en deuda con la mayoría de la población que no se beneficia de políticas públicas redistributivas de las riquezas generadas.

Las paradojas del crecimiento son tales que aunque somos más productivos, no ha sido inclusivo a la clase pobre a causa de la limitada movilidad económica ascendente, continúa el estancamiento de los salarios –lo que no se corresponde con la generación de capital- y altos niveles de informalidad, como lo refleja el informe del Banco Mundial dado a conocer esta semana.

Para que el desarrollo humano sea posible el trabajo debe ser sostenible y el salario incremental. Tal como refleja el Índice de Desarrollo Humano del PNUD (2015) para establecer un vínculo más sólido con el desarrollo humano, el trabajo sostenible debe extinguir y transformar algunas formas de trabajo existentes y crear nuevas formas de trabajo.

La economía de libre mercado funciona, sigue aumentando su productividad, y, como lo ha afirmado Warren Buffet, conocido como el ¨Oráculo de Omaha¨ y por su adhesión a la inversión en valor, seguirá produciendo mayores bienes y servicios, además de grandes riquezas. Pero lo más importante es garantizar que todos se beneficien.

Los sistemas de educación y salud cumplen funciones civilizatorias y de calidad de vida esenciales en nuestra sociedad, deben garantizar buena salud para la gente, la eliminación de enfermedades y la capacidad de adquirir conocimientos que generen oportunidades de crecimiento y empleos de calidad.

Siempre han existido en la sociedad estas dos tendencias sociales: una que busca generar e incrementar los recursos y otra que pide más democracia e igualdad, como ha dicho Noam Chomsky, profesor del Massachusetts Institute of technology, Si queremos seguir desarrollándonos debemos eliminar la desigualdad estructural que nos abate, la que no desaparece con el solo hecho del crecimiento económico. Debemos ser capaces de romper ese irónico ciclo vicioso.