Noticias

Necesaria reforma de la justicia

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Agotado el Plan Estratégico del Poder Judicial, se elevan voces destacadas para que se produzca una transformación en la justicia dominicana. El presidente del Tribunal Constitucional, Dr. Milton Ray Guevara, planteó la necesidad de elaborar un “Plan Estratégico Nacional” en el que se establezcan los principios rectores a regir el quehacer jurisdiccional.

La preocupación de Ray Guevara proviene del incierto panorama de la justicia dominicana, al resaltar la profunda preocupación del ciudadano por la delincuencia y el crimen organizado, y la percepción generalizada de que ciertas disposiciones del Código Procesal Penal promueven actos delictivos, independientemente de sus aspectos positivos.

El Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, concuerda con que se realice una nueva ola de reforma en el sector justicia, que tenga en cuenta puntos como el de la burocracia  que  provoca la mora judicial. De igual forma, entiende que hay que ampliar la reforma para que incluya la Ley Institucional de la Policía Nacional.

Es cierto, el sistema de justicia no es intocable. Deben producirse reformas para ajustar el funcionamiento judicial, que va acelerando su involución, aún cuando son destacables los esfuerzos de la sociedad civil que propiciaron algunas de las reformas que hoy, con luces y sombras, se han venido implementado.

Pero ojo, el país necesita más una reforma enfocada en las necesidades del usuario y que responda a la demanda de justicia de la ciudadanía, de lo contrario podría constituirse en un pretexto para llevarse de encuentro derechos bajo la excusa de la eficiencia que los limita, reduce y elimina.

Problemas tan graves como la falta de recursos deben ser abordados con mayor urgencia, pues la demanda de justicia de los dominicanos lo amerita. Pero no bastan los actores judiciales o gremiales ligados a la justicia para producir la reforma. Será necesaria la participación activa de la ciudadanía, pues de lo contrario se terminará de perder la fe en la justicia.

Retardada, congestionada, inaccesible al ciudadano, con abogados dilatando procesos y ejerciendo abusivamente acciones legales y con un gran déficit presupuestario, la justicia precisa de un cambio. Sin ese diálogo oficial y ciudadano, para que la reforma responda a necesidades legítimas, habrá un cuestionado y antidemocrático desbalance.

Cuidado con las reformas que ocultan las raíces profundas del problema, como la ineficiencia y la falta de compromiso ético de muchos actores del sistema y con los cambios que atribuyen la causa de la fiebre a la sábana (las normas) y no al cuerpo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *