“Desarrollo e institucionalidad” – Llegó la cuarta revolución
La llegada de la cuarta revolución industrial viene de la mano con la necesidad de un mundo más sostenible. Las energías renovables se derivan de la economía baja en carbono. Vivimos una transformación tecnológica, de mentalidades, valores, procesos, productos, comportamientos y estilos de vida. Si continúa la tendencia actual de emisiones de energía proveniente de combustibles fósiles, hay un 50% de posibilidades de aumento en las temperaturas promedio del mundo de más de 4ºC para 2100 (Nicholas Stern).
Si queremos tener una civilización duradera no podemos depender de los combustibles fósiles para garantizar la estabilidad de los ecosistemas. ¿Cómo generar un futuro para sentirnos orgullosos del legado que dejaremos a las generaciones venideras?
El oxigeno que respiramos, que representa una fuente de energía fundamental para el sostenimiento de la vida en la tierra se ha mantenido en un constante 20.95% de la atmósfera terrestre. Nuestra propia vida depende de un sistema de bosques, nutrientes de la tierra, y el oxigeno generado en los océanos que convierte el CO2 en oxigeno.
La energía utilizada para mantener el motor de nuestras economías y el actual estilo de vida proviene de fuentes no renovables que desestabilizan la composición atmosférica de la tierra aumentando el CO2 y nos deja más expuestos a los rayos del sol.
Estamos frente a una transformación planetaria en cuanto a nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Es la tendencia de generar una matriz energética limpia, renovable y sostenible en el tiempo. Vemos el desarrollo de mejores paneles fotovoltaicos, parques eólicos en construcción en varias partes del país y plantas de generación de energía que usan combustibles menos nocivos para el medioambiente. La República Dominicana tiene proyectado que un 25% de su generación energética sea renovable para 2025 (Informe Comisión de Energía 2017).
La tierra y sus organismos están directamente interrelacionados. Es un mecanismo que funciona como una maquina perfecta. Siempre hemos querido como colectivo social conseguir el balance y la armonía que se puede percibir en la naturaleza. No demos por sentado los 23,000 respiros al día que salen de nuestro cuerpo. Todos somos responsables del planeta. Nuestras autoridades lo saben y deben seguir impulsando el tan necesario cambio