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“Democracia a la fuerza”

 Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Decir que la democracia es un sistema garante de una serie de derechos, como la organización del mando en poderes separados, derechos civiles y políticos y soberanía popular, es cierto. El que la democracia tenga contenidos materiales, de igualdad y libertad es necesario, pero insuficiente para definirla.

El sistema democrático constituye además un método, una forma de gobierno garante del ejercicio de tales derechos. Si la democracia veda los privilegios, proclama la transparencia de la gestión pública, el principio de las mayorías, el respeto a las minorías y prohíbe la arbitrariedad, debe tener funcionando eficazmente en la práctica, los mecanismos institucionales para la preservación de dichos derechos.

Si los partidos minoritarios no tienen acceso a los medios para participar en condiciones de igualdad en las elecciones, si el uso de los recursos públicos por parte del gobierno no se contiene, si los medios de comunicación son empleados sin control por quien detenta el poder y si el Presidente de la República participa con toda su fuerza en la contienda electoral, sin ningún freno por parte de la Junta Central Electoral, poco importa el catálogo de principios y valores democráticos.

 Para que los derechos no se reduzcan a meras declaraciones poéticas, tienen que operar los mecanismos normativos, de gestión, de fiscalización y de contrapeso de poderes ejecutivos y legislativos avasalladores. De lo contrario la democracia será impuesta, en nombre de la soberanía popular, de donde deriva su paradoja e ilegitimidad. Lecciones vividas, pero de las que no aprendemos, pues la nuestra sigue siendo la democracia de la fuerza y a la fuerza, en nombre de ella misma, lo que es absurdo. Si Guillermo, Eduardo, Julián, Max y toda la oposición hubieran dispuesto de los recursos usados por el PLD y aliados en las pasadas elecciones quizás otra hubiera sido la historia. No sé si estamos a tiempo para empezar casi de cero. Me apunto en la escuela.