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Golpe constitucional y desacato

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

El Estado dominicano no nació por generación espontánea. República Dominicana se ha ido construyendo a fuerza de coraje, fuego, sangre y vidas. La defensa de nuestra nacionalidad, libertades y derechos fundamentales cuenta con una hilada de  mártires. Si la Constitución está conformada por una parte orgánica y otra dogmática ello no es producto del azar.

El reconocimiento y protección de valores superiores, principios y libertades no ha sido producto de una noche de sueños constitucionales, como no lo ha sido tampoco la estructura actual del Estado, jerarquías, procedimientos y competencias de sus diversos órganos.

La lucha por los derechos ha sido incesante y con ello la incorporación del mayor catálogo posible de derechos y mecanismos de protección con los que contamos no son el fruto de un grito estentóreo o altisonante.

Para que la Constitución sea la norma básica y superior del sistema jurídico se ha requerido –no a golpe de suerte- la consagración de mecanismos a través de los cuales se garantice su superioridad.

Para que exista un Tribunal Constitucional (TC) que  garantice la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales se han desplegado durante décadas toda clase de esfuerzos ciudadanos.

Cuando el Presidente del TC, Dr. Milton Ray Guevara, afirma que ahora no se auspician golpes de Estado sino “golpes constitucionales” y que las decisiones que toma el TC son irreversibles, sumado a lo que afirma el ex presidente de la República Dr. Leonel Fernández de que desconocer la sentencia 168/13 sería incurrir en un desacato, es ignorar el desafío de dicha decisión a la propia Constitución y a las decisiones de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

Con la Sentencia 168/13, a pesar de haber nacido en el territorio y estar previsto en la Constitución anterior, no son dominicanos los hijos de personas ilegales que se encontraban en el país a partir de 1929.

Estimados Dres. Ray Guevara y Fernández el golpe constitucional, a la legitimidad del TC y a los derechos consagrados en la Constitución y el desacato han provenido del propio TC, cuando, contrariando las disposiciones de la CIDH, ha privado retroactivamente del derecho a la nacionalidad a decenas de miles personas. Y eso sí que es reversible. No creo que lo dejemos de ver.