Noticias

Vergüenza nacional

Los feminicidios son una vergüenza nacional y un problema social gravísimo que el Estado no tiene voluntad de enfrentar. Las mujeres están siendo asesinadas sin que haya una reacción firme de las autoridades competentes ni de la sociedad en general. A la fecha van aproximadamente 34 mujeres asesinadas por su parejas o ex parejas.

Semanalmente noticias horrorosas copan los titulares de la prensa: “hombre mata a martillazos a mujer” “hombre mata mujer y se suicida” “mata mujer a tiros”. Crimen tras crimen pareciera que la dirigencia del país observa distante como si no hubiera ningún problema. No hay siquiera un llamado a reflexión, sino que se mira a otro lado.

La clase política tradicional solamente se preocupa de estos hechos en víspera del Día Internacional de la No Violencia Contra las mujeres. Se hace la típica campaña mediática cortoplacista, se decoran las avenidas y calles de todo el país con mariposas y listones, se hace un llamado a las mujeres a denunciar la violencia, a no quedarse calladas y se culminan los actos con caminatas de concientización.

Evidentemente, esas acciones más que dar solución al problema, lo que buscan es dar rentabilidad política a quienes las encabezan y pasar un paño tibio a las organizaciones de la sociedad civil que enfrentan la violencia contra las mujeres.

No podemos negar que esta violencia es una realidad pavorosa en nuestra sociedad y que muchas veces se manifiesta sutilmente. Es increíble que se escuchen y se lean comentarios relacionados con los feminicidios que terminan revictimizando a las mujeres y legitimando la violencia: “hay mujeres que se buscan los golpes”, “nadie la manda a pegar cuerno”.

Los feminicidios son la metástasis de un cáncer que tenemos que extirpar. Necesitamos políticas públicas que ataquen la raíz de este gran problema y fomenten la equidad de género, lo cual no se logra con solo tener una normativa penal que castigue férreamente este crimen, pues de lo que se trata es de evitar que las maten y garantizar que vivan dignamente.

Las políticas públicas que requerimos podrían sustentarse en tres ejes fundamentales:

1.-Concientización sobre la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones: verbal, física, emocional, económica y política.

2.-Fomento de una cultura de equidad de género.

3.-Persecución y sanción de la violencia contra las mujeres.

Para desarrollar cada uno de esos ejes, necesitamos un Ministerio de la Mujer que funcione, que no sea un ministerio adorno. Ésta institución está dormida y tiene una asignación presupuestaria precaria para el trabajo que debe realizar. Un Ministerio de la Mujer que preste atención a la violencia contra las mujeres, trazaría toda una campaña educativa sobre el importantísimo rol de las mujeres en nuestra sociedad, su desempeño y las libertades que a ellas les asisten. Con esto comenzaríamos a romper los paradigmas tradicionales que se tienen sobre las mujeres: ama de casa, subordinada económica, que cuida los muchachos, débil, tonta y puta.

También es muy importante dotar de más presupuestos a las procuradurías fiscales para la instalación de centros de prevención y atención a las víctimas de violencia de género. En todos los municipios debe haber al menos un centro al cual las mujeres o sus familiares y allegados puedan acudir y ser atendidos con la especialidad y celeridad que el tema merece.

No podemos continuar mirando para otro lado cada vez que matan a una mujer. Las políticas actuales son un total fracaso. Es un crimen conformarnos con una campaña mediática de unos días y una caminata anual en conmemoración del Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres. Tenemos que enfrentar el fondo del problema directamente: desmontar la cultura machista que asesina a las mujeres.

¡Ni una más!