Un debate más serio sobre educación
Después de varios años de reclamos y manifestaciones por parte de las diversas organizaciones de la sociedad civil, el año pasado se logró finalmente que el gobierno y el Congreso Nacional cumplieran con la Ley General de Educación, Ley 66-97, e incluyeran el 4% del PIB en la partida presupuestaria correspondiente a educación.
Sin embargo, a la fecha la ejecución del presupuesto previsto solo se ha realizado en un 38.5% y existen altas posibilidades de que no ejecute su totalidad. Esto tiene como consecuencia que aunque el 4% se encuentre asignado en el presupuesto, al final como no se ejecuta en al menos un 90%, la eficacia pretendida con la asignación es imposible. Quizás la razón de esto se deba a que el gobierno cuando finalmente acató la Ley General de Educación intentó acallar las voces de quienes reclaman una educación pública gratuita y de calidad, pero realmente no ha sido así y entiendo que estamos en el momento idóneo para fomentar un debate serio sobre educación.
Digo debate serio porque muchos limitan la discusión sobre nuestro sistema educativo a la asignación de una partida presupuestaria y a la construcción de aulas, cuando en realidad esos temas son solo la punta del iceberg respecto a los grandes problemas que padece nuestro sistema. De ahí que el debate sobre educación debe ir más allá de la rehabilitación y construcción de aulas.
Comenzando por el merecido aumento salarial de los maestros y a este aumento me refiero a uno sustancial que permita a quienes se dedican a esta honorable profesión poder vivir dignamente. Asimismo conjuntamente con esto debe plantearse la capacitación de estos profesionales, esto podría realizarse otorgándoles facilidades para cursar estudios de postgrado y doctorados que cumplimenten la formación que ya tienen. Lo anterior podría plantearse a su vez con una mayor exigencia por parte del Ministerio de Educación con respecto a las evaluaciones que este periódicamente debería de realizar.
Lo que sí debemos tener presente es que no podemos pretender elevar la calidad en las aulas si no le pagamos decentemente a los maestros, si no se dispone de las políticas de capacitación necesarias y si tampoco se tiene un sistema de evaluación de desempeño ajustado a los retos educativos que tiene nuestro sistema.
Otro asunto que también debe traerse a la discusión es la construcción y operación de bibliotecas públicas en coordinación con los ayuntamientos como una forma de otorgarle un rol activo a la comunidad que se beneficiaría de esta. Esto entiendo que es vital si se quiere incentivar la lectura y a su vez promover un espacio donde los alumnos de escasos de recursos tengan acceso a materiales de estudio.
Vale destacar que en cuanto a la construcción y rehabilitación de escuelas con respecto a un debate abierto sobre nuestro sistema educativo debería discutirse acerca del equipamiento de las escuelas a construir. En el sentido de qué estas realmente necesitan para hacer del proceso de aprendizaje más eficiente, como podría ser la inclusión de áreas de lectura.
Ahora bien, quizás lo más importante que se debe discutir es una reforma al curriculum educativo tanto a nivel básico como medio. Esto significa que habrá que debatir cuales son las materias que deben impartirse, a qué nivel y su contenido, especialmente su contenido. Eso también conllevaría a una total revisión al sistema de las pruebas nacionales. Aparte de que una reforma al curriculum permite determinar correctamente la extensión del horario de clases (que de por sí es muy necesario).
En fin, el debate sobre el sistema educativo no debe limitarse a la asignación de una partida presupuestaria o a la construcción y rehabilitación de aulas, que si bien es muy importante acabar con el déficit de escuelas, no deja de ser igualmente importante la discusión de temas cualitativos que contribuirían al mejoramiento sustancial de la calidad educativa en nuestro sistema escolar.
Por estos motivos, aquellos que anhelamos a que el país tenga mejores niveles en educación debemos instar al Ministerio de Educación y a las organizaciones de la sociedad civil a que eleven el debate sobre educación para así aspirar a un consenso nacional sobre las medidas que han de tomarse para que a largo plazo comencemos a sacar buenas notas en los diferentes índices internacionales.