Trump, ¿premio nobel de la guerra?
A pesar de los pronósticos Estados Unidos ha iniciado el proceso de paz para la desnuclearización de Corea del Norte. El mes pasado el Secretario de Estado Michael Pompeo tuvo la primera reunión oficial con Kim Jong-Un.
Después de años de trabajo sin resultados se dice que, de cerrar el acuerdo que pondría fin a años de retaliación entre diversas naciones e inestabilidad de la región asiática, el presidente Trump podría incluso alcanzar el Nobel de la Paz.
Vivimos en un mundo en conflicto. El universo es un concierto de estados materiales y antimateriales dirigidos al desorden. Somos parte de lo que sucede a nuestro alrededor. Capturamos energía para evitar el desorden molecular. Por eso, las acciones para defender las instituciones y preservar el orden, el desarrollo y la paz mundial deben ser vistas como logros, no de un grupo, sino de toda la especie humana.
Los que niegan el desarrollo y los que odian la idea de que progresemos usando la premisa de que nuestras instituciones están corrompidas y no han cumplido con las promesas de bienestar, seguridad y paz, tienen un punto: siempre pueden ser mejoradas. Pero eso no borra las tendencias y presiones de reducción de pobreza, eliminación de la malnutrición, prevención de enfermedades, aumento de la calidad de vida y oportunidades.
Estamos observando un cambio de paradigma institucional común en el pasado de nuestra civilización: la sustitución de un orden mundial preestablecido por otro con formas de convivencia mucho más inclusivas y eficientes en el desarrollo de la agenda de nuestras naciones. Ese cambio viene acompañado con un mundo más consciente de su realidad, abierto y con más capacidad de preservar su propia subsistencia.
Pero, vayan paradojas! Con el traslado de la Embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén y el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel, a pesar de las palabras de Trump, EE.UU. renuncia, realmente, al papel de mediador de paz entre los israelíes y los palestinos, con la prolongación de un conflicto israelí-palestino y la ausencia de paz, ¿para ganarse entonces el premio nobel de la guerra?