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Pobreza y desarrollo

Escrito por: Carlos R. Salcedo C.

Durante la pasada década República Dominicana tuvo un crecimiento espectacular. Según estimaciones del Banco Mundial el PIB per cápita creció casi un 50% entre los años 2000 y 2011. Según datos del gobernador del Banco Central, en los últimos 33 años el país ha experimentado un crecimiento promedio del PIB de 4.7 %, por encima del promedio regional de  3.1%.

Las proyecciones, aunque moderadas, no dejan de ser positivas. El gobernador anunció un crecimiento de un 7.2% de enero a junio de este año y las expectativas de crecimiento del FMI, aunque más austeras, proyectan porcentajes por encima del promedio de la región, por el orden de 4.5 % para 2014.

Este crecimiento puede deberse en parte a la audaz y sostenible política monetaria del Banco Central, que ha logrado el difícil equilibrio de estabilidad del tipo de cambio y el estímulo al crédito. De esta forma el Banco Central, según las evaluaciones del FMI, ha logrado una de las más bajas tasas de inflación de la región. A esto se une la reducción del déficit de la balanza comercial de 6.8% en el 2012 a 4.2% como porcentaje del PIB en el 2013, producto de la austeridad en el gasto público, aumento de ingresos provenientes del turismo y la exportación de oro.

Paralelo a este escenario se encuentran los alarmantes índices de pobreza padecidos por República Dominicana. Las estadísticas de pobreza han tenido un comportamiento contra cíclico. Para el año 2000 la pobreza en nuestro país era de un 32%, 10 puntos menos que el promedio de la región. Sin embargo, el impacto nefasto de la crisis económica de 2003 y 2004, producto de las quiebras bancarias, disparó la pobreza a casi un 50%, 9 puntos por encima de la media regional. Aunque esta cifra se redujo al 41% en 2011 nunca ha bajado del promedio de la región.

A pesar de que las cifras de la pobreza son desesperanzadoras, nuestro país tiene una gran oportunidad para que exista un crecimiento que llegue a todos los sectores y permita que los importantes segmentos de la población por debajo de la línea de la pobreza escalen hacia mejores condiciones. Las condiciones macroeconómicas están dadas. El crecimiento ha sido sostenible y estable, pero estas políticas deben complementarse con otras que permitan una mejor distribución de esa riqueza que pare el crecimiento.

Estas políticas deben partir de la idea de equidad (Rawls). El Estado debe ser capaz de formular políticas de inclusión que eliminen las barreras de acceso a condiciones de bienestar en razón del origen, género, raza, zona de residencia, etc. (posición original). Para esto el Estado debe erradicar la pobreza absoluta y proporcionar un estándar mínimo de bienestar que permita condiciones de vida dignos. El riesgo es que perdamos las preciadas condiciones de crecimiento y estabilidad macroeconómicas y ya no haya tanto o nada que distribuir, entonces será más difícil lograr un país más justo.