La Burla
El que tenga ojos para ver, que vea.
Siendo la situación actual de desesperación, amargura, incoherencia, frustración, indignación y dolor, no me cabe más que decir claramente que la reforma fiscal es una burla y hay que seguir movilizándonos en su contra. Ahora bien, mi afirmación carecería de valor sino fuera por los hechos que se estrellan ante nuestros ojos que son tan cristalinos que solamente aquél que no desee ver, no lo hará.
Basta empezar con la propia denominación que se le ha dado “Reforma Fiscal” y la cual es un eufemismo placentero; empero si leemos la ley, nos damos cuenta que es un aumento general de los impuestos existentes más la ampliación de la base impositiva.
Una reforma fiscal no es el aumento de los impuestos, sino toda una reestructuración de la legislación tributaria a fin de remover los tributos que merman la producción y crear nuevos impuestos necesarios para una mejor recaudación del Estado y que a la vez permitan una eficiente redistribución a los ciudadanos. Por tanto, esto no es una reforma fiscal.
Otras razones más que refuerzan mi aseveración son las causas de este aumento fiscal según el gobierno y los partidarios de éste. Comenzando por la declaración dada por el ministro de economía y desarrollo, Temístocles Montás, que se resume en que la reforma fiscal es porque el dominicano bebe mucho romo. Admito que cuando lo escuché me dio náuseas.
De ahí que: 1.-El gobierno, inflado de pedantería, se ha erigido en padre de familia y reprime a sus hijos (los dominicanos) por sus conductas inmorales como beber mucho; 2.-El desastre económico actual es porque el dominicano bebe mucho y no por la mala administración de los recursos –sin hablar de la malversación de fondos- que hizo el gobierno anterior del que Temístocles formó parte y como castigo hay que aumentar los impuestos.
El motivo más serio que ha dado el gobierno es que estamos en crisis; pero esa crisis de acuerdo al ex – presidente Fernández es la que arrastramos desde el 2003.
Esto no se lo cree nadie; sin embargo, lo cierto es que estamos en crisis y la verdadera historia de la crisis pasó por ante nuestros ojos en la financiación estatal destinada a obras sobrevaloradas, en la corrupción de los funcionarios, en las nominillas, en la sonrisa de Félix Bautista, pero sobre todo en las botellas de Möet&Chandon de las bailarinas, amantes y porristas que se paseaban en caravanas de grandes yipetas, en cada valla de cada esquina, en los cinco anuncios corridos de televisión y radio, en cajitas de comida, en páginas webs de alto costo de diseño, DVDs, en conciertos y en las grandes páginas publicitarias con colores de alta calidad que salían en los periódicos, es decir, en la campaña electoral más cara de la historia dominicana.
Ahora bien, quien da los toques finales a esta burla es el Congreso Nacional porque lo que tenía que hacer era llamar al gobierno a rendir cuentas de cómo un déficit del gobierno central presupuestado para el año 2012 por la suma de RD$22,443.7 mil millones se elevó aproximadamente a RD$148 mil millones, conforme al artículo 93.2 de la Constitución. Además de perseguir y someter a los culpables del desastre.
Empero, el Congreso Nacional otra vez demostró que solo representa a la cúpula del partido oficial. Otra vez se burlan del pueblo trabajador. De nuevo se hizo de la vista gorda y como si la vida fuera un relajo, el Presidente del Senado, sonrientemente dijo: “Hay que abrocharse los cinturones”. Demostrando esto que el cinismo es la característica principal del Congreso que más que los representantes del pueblo, son su verdugo.
¡Basta ya, no a la reforma fiscal! No tenemos que pagar los platos rotos de un gobierno irresponsable y de unos legisladores envilecidos que se enriquecen con los tributos del pueblo. Es tiempo de hacer un llamado a una unidad nacional y no nos quedemos callados, hagámosle honor a estos versos “ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil”.