Guerra nuclear
El 6 y 9 de agosto de 1945 –hace 72 años- el mundo fue testigo de los bombardeos atómicos de los Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki. El saldo: 230 mil muertos y 130 mil heridos, rendición de Japón y fin de la Segunda Guerra Mundial. Fueron los primeros y hasta ahora los únicos ataques nucleares de la historia.
Las tensiones en la península coreana se siguen incrementando, al punto de que la comunidad internacional ha impuesto sanciones económicas a Corea del Norte, como respuesta a su programa de desarrollo de armas nucleares del alcance internacional.
La retórica del régimen de King Jong-un ha sido de amenazas continuas hacia Estados Unidos y la paz estratégica en la región del gobierno americano ha terminado, afirmó en Corea Del Sur, el secretario de Estado Rex Tillerson.
Un día antes del aniversario de los aludidos hechos devastadores, el presidente Trump afirmó que no permitirá una amenaza más y menos un ataque que afecte a los Estados Unidos, advirtiendo que si Corea del Norte no acude a la mesa del diálogo se encontrará con fuego, furia, y poder. De desatarse semejante conflagración bélica sería, con mucha seguridad, la más feroz, poderosa y sangrienta que el mundo jamás haya visto.
Estas fuertes declaraciones son poco comunes, en palabras de un presidente norteamericano. Los sistemas creados para la preservación de la paz mundial y los países miembros de la comunidad de naciones han sido coherentes en respaldar la posición del gobierno americano, incluyendo China y Rusia.
Como miembro de la ONU, República Dominicana debe luchar por un mundo sin violencia, abogar por la paz y el diálogo y el uso de todos los medios pacíficos para evitar las consecuencias trágicas que una guerra nuclear traería para el mundo.
Si quieres la paz, prepárate para la guerra, reza la traducción de la máxima latina si vis pacem para bellum. Con las declaraciones de Trump creo que los Estados Unidos hacen una demostración de fortaleza y determinación para disuadir a Corea del Norte a desistir de cualquier ataque nuclear, pues una apariencia de debilidad sería una invitación a agredir. Lo mejor es entonces prepararse para para el combate, con lo cual habría mayores posibilidades de preservar la paz. Ojalá y así sea.